El Paraná santifica la canoa del pescador
la hace letra en la plegaria
la fustiga río arriba
pero rió abajo la hace soñar
el Paraná es cómplice de los hombres, les maquilla la piel y el alma
el Paraná se recuesta en el cielo
y se hace remanso
y sabe de la isla besando el horizonte
el Paraná sueña en su mismo idioma
sabe de la injusticia, de la pena, de la noche
de las redes que traen esperanzas
y del sufrimiento del pescador
y sabe como se hace la tristeza cuando acecha el hambre
y como se hace rabia en la mirada del niño
y sufre en silencio
y en señal de rebeldía los abraza
y les regala las bogas y los sábalos
los patíes y los dorados,
que cada día transforman en pan y sueños
los pescadores.