Bajo el sombrerito negro te escondías temerosa,
los soles de abril acariciaban la ternura y hacían la tarde,
recogiendo lamentos marchitos quisiste forjar una flor
inexistente
La idea de que el porvenir se dibujaría en los cristales de
tus lentes
se evaporó con los chirridos y las bocinas de los autos.
El sueño que presumía
de su condición
sin darse cuenta como se desencarnaba de tu cuerpo
desapareció entre jirones de realidad,
de una realidad consciente de su lugar
consciente de las palabras que enmudecieron tu ser
una realidad que no sabia de pecados
una realidad que estallaba en tu ser.
La tarde se sacudió la inexorabilidad del hecho
y se entregó a los cuestionamientos inútiles de los otros
que nunca supieron de las verdades que traería una nueva
vida.
pobre niña...
ResponderEliminarPobre y afortunada al mismo tiempo , cuando se da la vida es un milagro
Eliminarcierto, ser madre, sentir a una criatura dentro de tu vida es lo máximo. :)
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