martes, 26 de marzo de 2013

La mañana II



La mañana llegó de golpe y sin avisar

traicionando el sueño y la ilusión, 

llevándose la estela de tú rostro en grises de ayer, 

dejándote cada vez más lejos de lo lejos,  

introduciéndote en una nube de cenizas de 

abedules acostumbrados a dar la sombra equivocada y 

la posibilidad de la palabra equivocada.

Paradoja de nosotros la mañana, 

tanto me trae como me aleja

te trae como te aleja, 

suele ser delirio de sombras y pájaros, como 

réquiem de tu visita y perfume de tu huida.

La mañana, ¿no sabe que es mañana?

La mañana llegó de golpe y sin avisar, 

surcó la noche violentando los segundos que 

se refugiaban al calor de tu sexo,

la mañana me alejó y me robó tu aliento y mi aliento,

tus rabietas con el pelo,

tu cintura midiendo la separación de mis manos y mi sexo,

la mañana hizo desaparecer tu imagen y tu vida .



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