traicionando el sueño y la ilusión,
llevándose la estela de tú rostro en grises de ayer,
dejándote cada vez más lejos de lo lejos,
introduciéndote en una nube de cenizas de
abedules acostumbrados a dar la sombra equivocada y
la posibilidad de la palabra equivocada.
Paradoja de nosotros la mañana,
tanto me trae como me aleja
te trae como te aleja,
suele ser delirio de sombras y pájaros, como
réquiem de tu visita y perfume de tu huida.
La mañana, ¿no sabe que es mañana?
La mañana llegó de golpe y sin avisar,
surcó la noche violentando los segundos que
se refugiaban al calor de tu sexo,
la mañana me alejó y me robó tu aliento y mi aliento,
tus rabietas con el pelo,
tu cintura midiendo la separación de mis manos y mi sexo,
la mañana hizo desaparecer tu imagen y tu vida .
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