Sus manos olían a día de lluvia
a abrazo en la inquietud de la noche
a piedad, a mujer,
sus manos se sabían manos y
no mentían las caricias de la aurora,
sus manos eran obra de dios
que para ser ateo es decir mucho,
sus manos no sabían rezar
pero eran plegaria en los silencios,
sus manos inventaban sombras
en las paredes de mi alma,
sus manos amasaban pan
sonrisas y madrugadas,
sus manos escribían la comedia
y al mismo tiempo aplaudían,
sus manos eran sueño, melodía y
ráfaga de ilusiones en la tarde,
sus manos se llenaban de cielo
pidiendo explicaciones
y se construían entre caricias y adioses en el aire.
Muy bonito...tierno y bello
ResponderEliminarBss
Muchas gracias niña, un beso
Eliminarhacía tanto que no entraba a mi blog, y hoy vi unos nuevos seguidores, entre ellos, vos
ResponderEliminarquise conocerte, y no se si decir que empezar casi el día leyendo este poema y emocionándome hasta las lágrimas, es bueno o malo :)
es más que hermoso,
simplemente me llegó al corazón y se vio como en un espejo, yo también siento que mis manos solo se llenan de cielo, piden explicaciones, pero ahora sólo se construyen en adioses en el aire
un saludo cordial
claudia
Esta muy bueno y de hecho vos lo debes saber, enterarte lo que siente el otro con lo que vos expresas, muchas gracias por comunicarlo, besos
Eliminarhermoso...me llamó desde la primera frase, por que así le digo a "el", que mis manos huelen a lluvia y que me despido con aroma a jardín recién regado.
ResponderEliminarme encantó!!!!
Aroma a jardin recien regado, que lindo eso, que suerte que tiene "él" , muchas gracias niña, besos
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