La soledad de la llama grita inviernos
y un rasguño de tu cielo pone el límite en mi sol
y el peregrinar del mosquito se hizo mañana fría
y tu nombre fue foto y pasaporte
fue peldaño en mi escalera
fue pupila ardiendo en el deseo de tu cuerpo
de tu vivir entre terrones de azúcar
y humeantes fantasías de chocolate.
Tu nombre sepultando miedos
se estrello en los vidrios de mi alma
dejando ver el pedacito mas azul de vida
de una vida que no es afuera
que es sencilla
que necesita tu perfume de mujer
que necesita de tu nombre revoloteando en el alma
de una vida con suerte de ser vida
con la suerte con que un ayer pasaste
casi desnuda por mi puerta y
oliendo a verano.
Que romántico! Me ha encantado. Un abrazo, poeta!
ResponderEliminarMuchas gracias Sandra, un beso
Eliminar¡Beeeeelloooooo!....¡Hermoso, Ruben!... Me estoy convirtiendo en tu fan... dices cosas maravillosas.... Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias María, me alegra mucho que te gusten mis poemas, y me encanta tenerte entre los lectores del blog, es un honor, un beso
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