en las veredas mojadas de lluvia y sudor,
verla bailar dentro de su baile y las armonías,
verla estremecida de almas acariciar la vereda,
bailarina que baila en otro idioma,
los espíritus la sueñan sus cuerpos
y ella lo sabe
sabe que en cada espasmo de su cuerpo
el atardecer es mas vida y mas atardecer
sabe de mis ojos y su risa,
sabe del hambre en la gorra que aguarda el final,
artista de la vida que dibuja sueños
y hace de las tardes de la avenida miles de paraísos anónimos
que la llenan de caricias de flashes,
cuando la belleza se arrastra por la vida
las almas estallan en aplausos
y la gorra se llena de vida y uno que otro sandwich.
¡Hola Ruben! Me moviliza lo tuyo. Gracias por compartir tanto que das en estos poemas. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias a vos María, por estar ahí y siendo siempre muy amable y generosa con los comentarios, un beso
Eliminar