ácidos
llenos de noche
y vacíos de cielo
arañando los pechos
y la piel de la nada
apareándose entre palabras
y muchos gritos,
a la hora que ya no te quiero ver
tanto como a la hora del mate,
rápido
de golpe
montados en una canción
en muchas canciones
y en el azul de mi silencio
llegan tus ojos,
llegan desde las místicas reuniones por la tarde
como desde la panadería de la esquina
desde tu estomago,
hechos ceros a la izquierda en mis cuentas
ya no lloran, no tiemblan en invierno
no me miran
no se miran
tus ojos duermen sepulcros de ayer
tus ojos tienen miedo
vergüenza,
tus ojos sí saben como te reías.
Los ojos son el punto donde se mezclan alma y cuerpo y en tus versos hay ojos que portan la tristeza de lo que ya no es ni sera.
ResponderEliminarMuy bueno!!
Cariños...
Muchas gracias Oriana, un beso
EliminarLos ojos son los espejos del corazón y cuando el corazón esta inquieto,preocupado y triste, se nota también al exterior. Abrazos.
ResponderEliminarEs verdad Sandra vos lo dijiste, un abrazo
Eliminar¡Hola Ruben! Pasé a leer tu poema y a saludarte. Me quedo pensando en el tema de los ojos... Siempre pienso que ellos son el pasaje a uno mismo; un pasaje a nuestra interioridad clausurada, negada, expandida, dolida, feliz,inocente,perversa, amorosa o espiritual.Todos nos cabe si le damos lugar. ¡Bien por el poema! Te dejo un abrazo en un ramillete de alegrías.
ResponderEliminarMuchas gracias María, que cantidad de adjetivos para ser interioridad, un abrazo
Eliminarinteresante manera de observar, me ha gustado, un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Juan, un abrazo
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