quedarse con él
interiorizarse de la cantidad de perros que lo mearon
(sí, los perros mean, ni orinan, ni hacen pis)
(sí, los perros mean, ni orinan, ni hacen pis)
y si las promesas que le grabaron se cumplieron
tampoco es cuestión de cualquier cosa,
también si fue sombra en la mañana de ella,
saber si los inviernos se hacen nidos en los pájaros
o lloran los vientos de la madrugada,
elegir un árbol
acariciar sus aromas de árbol y las tardes de agosto
ser su canción
y sus hojas
y sus esperas,
inmóvil y ansioso,
y sus hojas
y sus esperas,
inmóvil y ansioso,
desprender de tus vísceras sus raíces
y soñar vuelos de verdes sueños,
elegirlo con sumo cuidado
con dedicación,
elegir un árbol de manos francas
un árbol calladito, de esos que hablan poco
de buena madera diría la tía,
pero sí, elegirlo uno
o ¿cuando amamos, mandamos a Juancito a elegirla a ella?
elegir un árbol como la vida misma,
o mejor, como la muerte misma, diría yo.
Una vez tomada la decisión,
cortarlo
y con prisa
empezar a fabricar nuestro ataúd.
empezar a fabricar nuestro ataúd.
lo que mas me ha impactado ha sido el final .. al que todos llegamos..
ResponderEliminarCortarlo y empezar a fabricar nuestro ataud.
Un saludo.
Por alguna razón siempre negamos la muerte , pero es parte de la vida, es el último pedazo de vida,un beso.
EliminarRealmente hermoso. Tendría que ser de los 80 o de los 10 elegidos. Muy lindo como nos fuiste llevando.."ser sus hojas, sus esperas..." hasta ser su muerte en la de uno. Bello.
ResponderEliminarMuchas gracias María, lo agregamos jaja, es un honor para mí que a vos te guste, te dejo un beso.
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