La hoja tiembla en su caída
y mientras cae
es roca, orgullo y soledad
piensa,
edifica su agonía,
la hoja no eligió morir
no soñó una mañana aciaga y semejante viento
la hoja vivió su vida de hoja siendo eso, hoja
¿tendría que haber vivido de otra forma ?
la hoja odia la caída,
mira el aire intentando ser beso
milagro, eternidad
la hoja busca estremecida un atisbo de vida
otros cielos,
los colores que ayer hicieron el sol
la hoja sabe que muere
grita como puede gritar una hoja,
se pierde en el aire
repleta de arrebatos de la osadía de Dios,
la hoja no quiere morir más
no sabe morir más
el suelo cada vez respira más cerca
cada vez más inmóvil, más férreo
más desafiante
la palabra suelo se parece a la palabra fin
a la palabra adiós,
la traición de la velocidad es siniestra
y desprendida de todo y de todos
pasa a formar parte del ritual casi funerario
de la señora de enfrente,
que todas las tardes sale a barrer la vida y la vereda.
¡Qué belleza de poema! Todo lo que puede inspirarte una simple hoja de árbol amigo. Bellos versos que fluyen en el viento, entre los árboles, una hoja que va muriendo y te arrebata las palabras. Amigo Rubén te dejo mi felicitación y te invito a visitar mis dos últimos poemas en mi blog: http://fraganciaespiritual.blogspot.com Recibe mi saludo fraterno. Ingrid
ResponderEliminar