Apareces y desapareces
un día te acercas haciendo piruetas con el alma
y te sientas en el cordón de la vereda
un gesto y sos noche de ciudad
con la piel abarrotada de fuegos y estridentes bocinazos
otro gesto y sos mi aire
y te respiro profunda, mujer, mañana fresca
y me hago grande, me escribo con mayúsculas
y me meto dentro del espejo, en el que te miras
y somos nosotros y ellos y quiero salir de mí
y en un descuido te vas
ingrávida y vestida de ojos negros
y vuelvo a ser yo
inútil simulacro de felicidad.
Y me meto dentro del espejo en que te miras... ¡Poeta, qué lindo, eso!... Me voy, antes te dejo un abrazo de caireles y de lluvia de azahares... ¡Hermoso poema, amigo!
ResponderEliminarMuchas gracias María Inés, gracias por el abrazo también , los caireles no me gustan, me da a hotel barato jaja, pero igual muchas y brillantes gracias.
EliminarMe refería a los llamadores de ángeles, al decir caireles... ja ja saludos , amigo...
Eliminarjaja los llamadores de ángeles si me gustan, un beso
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