Despedida
sed de brazos abiertos, la incertidumbre de volver
letargo de dos y la eternidad en un suspiro
despedida
la desesperación de mis pupilas
y tus pupilas
amarre de un barco que no zarpa,
que no nada, que no quiere océanos de mañana
despedida
tu partida y mi partida, muerte de tarde y sin gritos,
siempre es despedirse
de vos, de mi, de los viejos trapos
de los pájaros en tu ventana
de tu ventana,
despedirme del calor de tus piernas
esta tarde y abajo del tren
de cada noche sujeta a tus sueños
y a las celadas de un tiempo que nunca será futuro,
despedida
se confunden las despedidas y ya no sé quien se despide de quien
es la despedida que nos edifica, nos construye
nos deja suspendidos allá
en el medio del recuerdo y con una pena llena de olvido.
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