Una tarde
mientras te embarraba el alma
con aromas a chocolate
dos mariposas drogadas
aleteaban en tu boca
aleteaban sin saber de su pasado rastrero
sin saber de otros soles ya lejanos
esa tarde soñé
me desperté
te abracé
y con los ojos bien grandes
me viviste la piel
las ganas
y desnuda de vientos
fuiste la tibieza.
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