domingo, 3 de agosto de 2014

El domingo








El gato se da cuenta que es domingo

y ya no maúlla

la soledad se da cuenta que es domingo

y se pinta los ojos y el lunar

la tarde se da cuenta que es domingo

y se apura a "nochear"

y se desnuda de sombras largas

yo me doy cuenta que es domingo

y vos no estás

se tendrían que fumigar los domingos

si tus manos no me pueden mirar

no deberían los domingos llamarse domingos

no, sin tu espalda desnuda

sin tu voz gastada de andar

sin que tu cabello sea siesta

sorpresa y despertar

El gato se da cuenta que es domingo

y te busca y me mira

y los dos cerramos los ojos y el andar

y las pasiones

y maldecimos el almanaque que se olvidó la tarde

colgado de tu ausencia

nos reventamos la cien

y las ganas

la vida y las gatas y tus ojos

nos metemos abajo de una frazada

y nos tapamos de melancolía

y de muchas ganas de no estar.




3 comentarios:

  1. Qué penosos son los domingos, sí y los sábados por la tarde y cualquier otro día que no nos traiga nada, solo ausencia...muy bueno Ruben. Besotes y abrazos amigo.

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    1. Es así, lo penoso es la nada, más que un día en particular, a veces todos los días son domingos

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  2. Pues sí amigo, no importa el día, cualquiera de ellos puede ser portador de ausencia. Besotes!!!

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