El gato se da cuenta que es domingo
y ya no maúlla
la soledad se da cuenta que es domingo
y se pinta los ojos y el lunar
la tarde se da cuenta que es domingo
y se apura a "nochear"
y se desnuda de sombras largas
yo me doy cuenta que es domingo
y vos no estás
se tendrían que fumigar los domingos
si tus manos no me pueden mirar
no deberían los domingos llamarse domingos
no, sin tu espalda desnuda
sin tu voz gastada de andar
sin que tu cabello sea siesta
sorpresa y despertar
El gato se da cuenta que es domingo
y te busca y me mira
y los dos cerramos los ojos y el andar
y las pasiones
y maldecimos el almanaque que se olvidó la tarde
colgado de tu ausencia
nos reventamos la cien
y las ganas
la vida y las gatas y tus ojos
nos metemos abajo de una frazada
y nos tapamos de melancolía
y de muchas ganas de no estar.
Qué penosos son los domingos, sí y los sábados por la tarde y cualquier otro día que no nos traiga nada, solo ausencia...muy bueno Ruben. Besotes y abrazos amigo.
ResponderEliminarEs así, lo penoso es la nada, más que un día en particular, a veces todos los días son domingos
EliminarPues sí amigo, no importa el día, cualquiera de ellos puede ser portador de ausencia. Besotes!!!
ResponderEliminar