Memoria de la carne
memoria que erosiona la mente
en un intento de tocarte,
de decirte en un recuerdo
memoria en tus ojos
memoria en la que ya no se ve
ni la noche, ni tu pelo
memoria de tus besos
del sol
de un Paraná desierto
memoria del destierro
de las canoas ultrajadas en el tiempo
de tu voz llorando el cielo
en tus inviernos de sol y viento
memoria que confunde tu días
y mis días
memoria de un tiempo sin memoria
de opacas botellas
de una ciudad vieja
de una ciudad que está vacía
memoria que se confunde
que dice mal
que llora y ríe por las mismas cosas
memoria que se equivoca
memoria para la que es lo mismo morir que quedarse dormido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario