Me desordenás
llegás una mañana, una tarde,
cantando el arroz con leche
y me avanzás la noche
que se termina acurrucando en el día
me desordenás
dando pequeños pasos en tu habitación
otra vez me dejás entrar
y por ósmosis "cardiofuncional"
me dejás todo el corazón desordenado
los pedazos que me quedan
esos que tu sangre ruge
acompasados a tu piel
gritan en la noche muda de Dios
me desordenás
y luego callás, mirás al cielo, te sonreís
y llena de desparpajo
desnuda
y con el alma doblada y colgada en el antebrazo
emprendes la huida.
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