A la tarde
en los días que tu cielo tiembla
a lo lejos y en voz baja
salgo a caminar
con mis rodillas llenas de ojos, con los gritos en pleno cuello
salgo a caminar con bastón y el alma en la mano
en la mano izquierda,
a la tarde
cuando mi cielo no se ve
salgo a pintar la vida
con las hojas de viejos otoños
y los fríos esos que vos domesticabas con chimeneas y besos
a la tarde
cuando ya deja de ser domingo
me encierro a llorar
si
a veces lloro
pero esas cosas no se hacen.
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