Hay mujeres que regalan los días
como si fueran propios
hay hombres que cuentan los días
como si fueran rejas
hay días que se arrojan al vacío
como si la noche intimidara y no supiera
que los fantasmas no existen
que ya se fueron todos al bar de la otra cuadra
y que solo beben
y esperan que amanezca en la tímida sonrisa de ella.
y esperan que amanezca en la tímida sonrisa de ella.
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