La apatía me muerde los dedos
los lame
los saborea
se excita con cada uno de ellos
la apatía no quiere que escriba más
y mete mis dedos en su boca
y los hace un sexo que adormece
que miente un tiempo que no existe
y una vida de palabras al filo de la
muerte
y por momentos me gana y todo me importa un pito
y ni mi cielo
ni sus ojos
ni eso que llaman Dios
nada resucita mis dedos
ya indiferentes y mustios
sin fuerzas,
creyéndose cansados
sin fuerzas
creyéndose libres y plenos
vástagos de un mundo manso
sin fuerzas
ni para ponerse a mear en la puerta de
la Academia
la apatía se muestra en cueros y su desnudez es soberbia y
me invita a que vuelva una y otra vez a fornicar con ella
pero no sabe
no sabe de la llama
del orgullo hecho misterio
de la risa de esa mujer
no sabe nada
menos mal que la apatía muere al pecar
de ingenua
o tal vez
el ingenuo soy yo y
es todo un montaje de ella
para que me revele
y siga escribiendo
por que todavía no terminé de decir.
los lame
los saborea
se excita con cada uno de ellos
la apatía no quiere que escriba más
y mete mis dedos en su boca
y los hace un sexo que adormece
que miente un tiempo que no existe
y una vida de palabras al filo de la
muerte
y por momentos me gana y todo me importa un pito
y ni mi cielo
ni sus ojos
ni eso que llaman Dios
nada resucita mis dedos
ya indiferentes y mustios
sin fuerzas,
creyéndose cansados
sin fuerzas
creyéndose libres y plenos
vástagos de un mundo manso
sin fuerzas
ni para ponerse a mear en la puerta de
la Academia
la apatía se muestra en cueros y su desnudez es soberbia y
me invita a que vuelva una y otra vez a fornicar con ella
pero no sabe
no sabe de la llama
del orgullo hecho misterio
de la risa de esa mujer
no sabe nada
menos mal que la apatía muere al pecar
de ingenua
o tal vez
el ingenuo soy yo y
es todo un montaje de ella
para que me revele
y siga escribiendo
por que todavía no terminé de decir.