venir a formarse en techos ajenos,
tengo la tarde a medio escupir
a medio tragar,
venir a romper el blanco
tiene rojo, tiene verde y un amontonamiento más de soles
pero ni un poquito de blanco
acá la tengo,
malhechora, rantifusa, infausta tarde
ya arrancamos doliendo el día
tarde
y encima con arcoíris
ni con el nombre la pegamos
tarde
la tengo atragantada
dieciséis mates y no alumbra,
el cielo me golpea el pecho refrenando la noche
y nada
porfiada como tu luz
aferrada a mi cuello haciéndose uña,
resbalón y ligadura
tarde de esas que no dispersa un aguacero
que sin que te des cuenta
te entra por las rajaduras de los techos
de tu casa, de tu alma, de lo que tengas rajado
y se queda
no se va.
pero te aseguro que no se va
estática hidalguía del inconsciente
no se va
tengo la tarde atragantada de arcoíris
tarde y arcoíris
no compro más
si por lo menos alumbrara con un poco de blanco
harían del rojo y el verde un lindo lugar
ya no vienen los arcoíris ni las tardes como las de antes
tengo la tarde atragantada a media alma
y mis ojos viejos ya no te ven
que venga la noche por piedad
esa que desaparece los arcoíris
los propios y los del vecino
y ya está
no compro más
ni tardes ni arcoíris