A la puerta de entrada le hace falta un perchero
donde colgar los sombreros,
donde dejar la rabia del día,
donde tirar con bronca las palabras de tu jefe
y donde está permitido también colgar a tu jefe, juntos a sus dichos,
un perchero coqueto y bien amarrado,
un perchero que sepa que es eso y solo eso
y no se deje usar para otra cosa.
A la puerta de entrada le hace falta una hogar,
un techo bajito lleno de esperanzas infladas con helio,
vive en la incertidumbre de saber que si queda abierta
se le puede escapar tu calor y mi calor,
el pichicho que encontraste a punto de ser frío y lágrima en el medio de la calle,
se le pueden escapar las palabras de amor que me dijiste anoche
y se le puede meter el día en plena noche
y se le pueden colar las locuras de los autos,
las inundaciones,
un intolerante que quedo de la marcha de ayer en contra del aborto legal,
a la puerta de entrada nadie le dijo que era puerta de entrada
y no está preparada,
yo se que le hubiera gustado ser la puerta de tu dormitorio,
o la puertita donde guardas esa canción que tanto te gusta,
o la puerta para salir a jugar,
pero no, le tocó ser puerta de entrada.
Sabes una cosa, no digas nada,
pero anoche la pesqué soñando ser ventana.