domingo, 2 de diciembre de 2012

LA MUERTE DE ESA MUJER



   



     
     La sombra amenazadora de la mujer preludió su caída 

muerta, cayó muerta.

     El surco oyó la bala y sospechó compañía

negra, la mujer era negra.

     Dios hizo el ·último intento por lavar sus culpas

fría, el agua era fría.

     La tierra hedía un rojo y acallado temor

silenciosa, la muerte siempre es silenciosa.

     La lluvia se dividía entre odiar la sangre o amar el cadáver

ingrata, demasiado ingrata.

     Lentamente el barro fue dejándola sin manos

pecaminosas, endiabladamente pecaminosas.

     Un cuervo vanidoso se pinto los labios en su herida

opaca, la sangre ya era opaca.

     La morbosidad de la noche corola el espanto.


negra, fría, silenciosa
ingrata, pecaminosa, opaca
    
Su muerte no pudo definir mejor su vida.






8 comentarios:

  1. Hasta describiendo la muerte tus palabras hacen que veamos la historia bien definida.Pero la muerte se nos lleva a todos, nos da un ultimo abrazo mientras nos desnuda de nuestros arapos corporeos humanos. Quizas ella en su ultimo suspiro al final consiguio vestir de gala y sonreir. Que tengas un bonito día.Bss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. quizás,es verdad lo que decís,muchas gracias, siempre presente con tus comentarios, besos

      Eliminar
  2. Un poema triste..., pero con mucho ritmo.Deja un recuerdo duradero.
    Enhorabuena.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Quizá la mujer no pudo elegir.... la muerte sólo hace su función...Muy buen poema, me gusto la fuerza de las palabras.... Tanto como la música que pones... a veces me quedo un poco...muy acertado en la elección.... al menos para mí... Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. muchas gracias, es la idea que la gente se sienta cómoda y a gusto, gracias por tus impresiones sobre el poema, besos

      Eliminar
  4. Muy buena. La muerte siempre habitando la poesía

    ResponderEliminar