La lágrima no sabía, no conocía su esencia de lágrima.
Ese día corría feliz, desnuda, eufórica,
suponiendo que una lágrima pueda ser feliz, desnudarse o vivir la euforia,
ese día cumplía la mayoría de edad
que ironía ser mayor de edad y ni siquiera saberse lágrima.
El destino preparaba su traición, amontonaba ilusiones en
las rodilla del tiempo
que prolijamente iba a deshacer la nada,
la lágrima ignorante de tales señores, era feliz
tenía por primera vez asignado un brioso y masculino
lagrimal
ahí estaban los dos, lágrima y el
muchacho esperando a la muchacha.
Sueños de atardeceres afinaban la cuerda de la guitarra y
la inquietud de la lágrima casi hace que se arrebate la
ilusión.
El tiempo comenzó a intervenir , se adueñó del momento,
la espera entró en los callejones de la desesperanza y
la noche abofeteó el alma incauta,
y la presencia de la niña fue una broma de la eternidad.
Él supo esa noche
que iba a llorar de amor por primera vez y
la lágrima viviría su
fugaz misión y como corresponde
se suicidaría contra
el piso.
Personificando una lágrima, lindo poema. Me gusto eso de broma de la eternidad.
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegra que te halla gustado , un abrazo
Eliminar