Dormir los veranos a la sombra de tus pechos
hacer de tu piel, música, promesas y las ganas de soñar
y de las ganas de soñar, placenteros laberintos,
sorpresas de una vida que se hace noche en tu ombligo.
Dormir los otoños a las sombras de tus pechos,
dormir acurrucado en ocres pensamientos,
dormir en la tibieza de tus muslos y hacerlos destino,
hacerlos dulce antesala de la nieve.
Dormir los inviernos a la sombra de tus pechos,
creer en hogueras crepitando de cielo y vida,
procurando el calor asociado a tus ojos,
en la caricia de una noche blanca en tu pelo.
Dormir las primaveras a la sombra de tus pechos,
renacer en vos a cada suspiro, en cada estremecimiento,
renacer en vos y en tus manos, y en tus palabras,
renacer en vos dándole a la vida tu nombre
y renacer preparando el terreno para una noche de estas
dormir otro verano a la sombra de tus pechos.
duerme cuantas veces quieras, en cualquier estación, siempre y cuando cada noche, cada vida, vuelvas a mi ombligo.
ResponderEliminarQue invitación mas sugerente, jaja esperaré a que se haga noche y volveré a su ombligo, un beso niña
EliminarMe encanta poder leer cada día otro poema escrito por tu corazón. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Sandra, a mi me encanta que estés ahí en cada poesía, un beso niña
EliminarMe gustó mucho! Suena a sensualidad, miel y calor. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Francisco, siempre muy generoso con tus palabras , un abrazo
EliminarCreo que llevaste el refrán popular "el que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija" al extremo justo del encanto. Una pieza de aplauso. Gracias, poeta hermano.
ResponderEliminarSos demaciado generoso con migo, te lo agradezco mucho, tus devoluciones y que no se ofendan los demas, son las mas ingeniosas y mas lindas, exageradas creo, eso si jajaj, un abrazo Isaias
Eliminar