jueves, 13 de junio de 2013

Tu tarde en otoño





Recorriendo la rivera de tu cuerpo

fuimos justo a parar abajo de tu tibieza,

me llenaste de tarde y arroz con leche la mirada

y por la ventana entre la resolana y tu alma

se filtraba la calle ya lejana

lejana del calor del verano

y de tu marido,

cerraste las cortinas

acariciaste las sombras de tu cuerpo en mi cuerpo

arrullaste la vida y

las sombras fueron dibujando los rincones de la habitación

y encastrado en tu abrazo

fui sueño, tarde

y milagro.

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