sábado, 14 de septiembre de 2013

Cuando vengas a mis días







Cuando vengas a mis días

no prendas la luz de mis ojeras,

no me tomes tan enserio,

no pronuncies despedidas a las dos de la mañana,

no me tomes tan en broma,

no golpees a mi puerta recordando un aguacero,

no dejes nunca más tu alma olvidada y sin abrigo,

cuando me visites hecha abrazo recuerda entibiar los ojos

traer el mate

y el agua caliente anidando entre tus pechos,

cuando vengas a mis días

no me enseñes a vivir que yo ya se como se muere,

no llenes de orgullo tus pasos que se van

en cambio dibújame cien caminos a tu soledad,

no lluevas mañanas tristes ni noches negras

no lluevas más,

no grites ángeles llenos de desnudez y vida,

no te conformes solo con ganar,

cuando vengas a mis días

tráete un tango adormecido,

no le digas a ella que llegaste

y hace silencio,

mucho silencio

no quiero que ella, mi muerte, se despierte.






4 comentarios:

  1. "Cuando vengas a mis días, no prendas la luz de mis ojeras" ...muy original y exquisito en imágenes, un placer leerte Ruben. Conocer tus historias que me hacen reír tanto y enjuagarme en tus poemas como en un ritual donde habitan los sueños,es apasionante. Beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias niña, es un honor para mi que una escritora como vos andes por acá y encima te gusten mis poemas, no me canso de decirte gracias, un beso niña.

      Eliminar
  2. Muy bueno Ruben! Me gustó mucho este poema!
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Francisco, me alegra que te haya gustado, un abrazo

      Eliminar