Escondiendo los relojes
te acaricio blasfemando el tiempo
desnuda de día, de un sol tibio
de un río marrón
detenida y hecha camalote
seguís enviando las canoas al paraíso
el silencio atrapado en la mudez de la tarde
hace del grito la utopía
el río sabe que es río y no se detiene
hace del grito la utopía
el río sabe que es río y no se detiene
el viento se hace trino que se quema en el atardecer
y la vida aprende a llorar en las hojas de un sauce.
un gran poema
ResponderEliminarsaludos
Muchas gracias Omar, un abrazo.
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