Dios quema en el patio de casa
ya no puedo acariciar los ladrillos que me escuchan
ya no descanso bajo el techo
recluido a mis paredes, ásperas y dolientes
paredes que se arquean sacudiendo su sexo al viento
viento que ni ruido a viento tiene
que en su inexorable vuelo no arremete con mi alma
verano,
se descompone la tarde en gritos en mi patio
y aúlla furia y calor
grita mojando la piel de los escuchas
y se adueña de las manos fuertes de los hombres
y de la boca abierta y absorta y llena de lengua del batuque
fuego,
la chicharra tiene orgasmos amontonados en la garganta
y la noche no llega , no calma. no vive
y el Diablo no quiere llover.
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