jueves, 26 de diciembre de 2013

Tarde de verano.






Dios quema en el patio de casa 

ya no puedo acariciar los ladrillos que me escuchan

ya no descanso bajo el techo

recluido a mis paredes, ásperas y dolientes 

paredes que se arquean sacudiendo su sexo al viento

viento que ni ruido a viento tiene 

que en su inexorable vuelo no arremete con mi alma 

verano, 

se descompone la tarde en gritos en mi patio

y aúlla furia y calor 

grita mojando la piel de los escuchas 

y se adueña de las manos fuertes de los hombres

y de la boca abierta y absorta y llena de lengua del batuque 

fuego, 

la chicharra tiene orgasmos amontonados en la garganta 

y la noche no llega , no calma. no vive 

y el Diablo no quiere llover. 

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