Sos
astilla de vida
desnuda en madera y árbol
solemne ruido de tu ser
que viniste hoy a ser ostia de mi religión
pequeños añicos de Dios
y en mi boca te deshiciste en el beso
y cual rosario desparramaste tus cuentas
en mi piel desnuda
y en la entrepierna del sueño.
Cual pedestal soñado por un alma que acompaña tus pasos ajenos alguna vez, conocidos después y jamas olvidados al final. Recubre una presencia celestial del mismo amor al cual alguna vez coincidieron juntos, rozando lo sagrado. Que mas justicia se puede reclamar con una entrega y amor de tal magnitud. Bellisimo querido Ruben Callejas, Un abrazo...
ResponderEliminarMuchas gracias +Meita B. y si es así, no se puede ni se debe reclamar más nada, una amor de esas características solo lo puede brindar una persona de esa característica y esta persona lo es, muchas gracias por ser siempre tan generosa y amable conmigo, un beso niña.
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