Estiro mi sexo en tu sexo
y es un dios estremecido en tu vientre
en el medio del deseo,
estiro mi nombre en tu boca
me hago arrullo en tus gemidos
y me refugio en tu imagen
desnuda, gigante
mestiza de cielo y almas,
mujer transformada en mujer
con la piel sorprendida
y abrazada de verdad
y abrazada de verdad
mis palabras transpiran en tu cuerpo
y la noche se esconde en un río marrón
que llega a tu sed
y entre los dos, escarbando el aire
pensamos el alba.
pensamos el alba.
Poeta... ¡Cuánta magia en sus palabras! ... ¡Gracias por esos retazos de cielo!... Un abrazo de cielo. (por aquí encapotado ¿y el suyo?)
ResponderEliminarNo, gracias a vos, por acá también, todo el día nublado y ahora un poco caluroso, pero el cielo de tu abrazo seguro está lleno de sol, un beso María Inés.
EliminarNunca una entrega asomo tal profundidad, adentrándose en los mismos deseos y estirando la pasión, de exultante entrega que contiene a los amantes, como aquellos versos que sirven de prolegomeno y de feliz final. bello, me encanto querido Ruben Callejas
ResponderEliminarMuchas gracias Meita, siempre con preciosas palabras, siempre tan sentidos tus comentarios, siempre te lo digo jaja me encanta leerte , no es vanidad jaja es que a cada devolución tuya mi alma se agranda jajaj, muchas gracias , un beso.
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