Los tambores del tiempo
baten y baten
y baten
desgarrando el caminar
el futuro emplazado en el llegar
y hacen más ruido
y baten y baten
y se desgarra mi cielo
y retumban los mañanas en nuestros cuerpos
y ensordecen adelante de tu rostro las caricias
y no llegan
y los tambores del tiempo
baten y baten
y el ruido es cada vez mayor
y es ruido
y no importa la música, ni el alma
ni la voz profunda y rauda de los adioses
no importa nada, baten
baten y baten
y se marchita una tarde mal formada
por el apuro de la vecina
y así los días
frenéticos nacen y nacen
y así las noches
de una a una van cayendo entre los cuerpos desnudos
de frío y sol
de calor y noche
ruido y ruido y golpes de tambor
y el tiempo llora sentado en la vereda
como niño que lo dejaron solo
baten
baten los tambores
no se detienen jamás
no es sueño, no es nostalgia del pasado
es puro vértigo de vivir
es angustia por que todavía no se inventaron las sillas
por que parar es un lujo
y por que cada vez son más fuertes los tambores
tan fuerte que lastiman
tan fuerte baten que un día no aguantas más
y estallas ensuciando de vida todo el mostrador.
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