Tardes de azahares blancos
y de rojo azar
blanco tejidos en las manos del tiempo
y un rojo azaroso que baraja destinos que soñar
blancos de agigantados aromas
y rojos que no saben callar,
bajo el naranjo
y crucificando la tarde
los dados se juegan un mirar
una suerte de vidas añorando
y tus ojos pícaros cansados de esperar
un vaho a sexo revienta en el alma
a la tarde
encontrando su suerte
y perfumado el beso
abre tus piernas y tu cielo
tus nalgas, mi soñar,
cuando la vida se desnuda entre tus piernas
no queda otra que besar.
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