Tu siesta
inmóvil, lejana, desnuda
con la lluvia atravesando el patio
y tu cuerpo
a tiempo, fresco, tornasolado
hacen de mi tarde
una rosca llena de dulce de leche
de satíricos cafés
de deseos reverdecidos a las cinco
una tarde con olor a raíces
y anoche
anoche me preguntaste
que tenían tus ojos
que un todo peregrino los reclama
y tienen eso
tus ojos tienen
la insolencia de hacer desaparecer el mundo
a la hora de la siesta.
Magnifico poema, pletorico de aromas, sabores, imagenes.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Muchas gracias Ricardo, sos muy gentil, un abrazo.
EliminarPrecioso poema, destila pasión, arte y sentimientos.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias Alejandra, fue escrito para alguien a la que estoy queriendo mucho, un abrazo para vos.
EliminarSensacional Ruben...los últimos versos me han conmocionado jajaj..."tus ojos tienen la insolencia de hacer desaparecer el mundo a la hora de la siesta"...maravillosossssss!!!!! besotes gigantes.
ResponderEliminarMuchas gracias Marina, me alegro que te gusten esos últimos versos, en base a esos versos escribí el poema, empecé con esos versos jajaj, un abrazo grande.
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