Abrigame
de Dios y cielo
aunque sude empapado de ayer.
Abrigame
a la noche, entre urgencias de rezos
y esos ojos apretados, que de tanto apretar enfurecen el negro.
Abrigame
dame tus piernas, tus miedos
sí, también tus miedos
y tu ilusión.
Abrigame
y que no se caigan los techos
antes de que salga el sol.
Abrigame
jamás hizo tanto frío en tanto verano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario