Cuántas poesías se pergeñaron en noches como estas,
cuántas melancolías fueron a ser frazadas
de tu cuerpo hambriento de calor,
cuántos gatos se habrán maullado
como maúlla el mío a la ventana cerrada de vos.
A tus gobiernos de azúcar y preguntas,
a tus glorias de papel de diario,
cuántas ventanas se cerraron una mañana de enero,
cuántos bandoneones musicalizaron tus pechos desnudos
en noches como éstas , llenas de luna y sudor,
noches que recién ahora se saben noche,
al darse cuenta como era tu luz,
noches que se guarda bajo la manga
una sonrisa tuya y otra parecida a vos,
cuatro canciones y los diálogos mezclados
del ultimo libro que soñaste ayer
corren ansiosos por las habitaciones que imaginaste
desnuda en mi habitación,
desnuda de cielo y papel maché,
con una carcajada dibujada con
membrillo en el medio de la panza y
un ángel solitario volando en tu sexo.
Cuántas persianas se violaron una noche como esta
malgastada de tanto gastarse en recuerdos,
la noche creció hasta casi hacerse vieja y
la ciudad trajo a mis ojos su desnuda luz de amanecer.
Hermosa evocación. Qué cosa con los amaneceres.
ResponderEliminarSaludos.
es que el amanecer tiene la manía de visitarme y como no sé cuando va a dejar de hacerlo, tengo la manía de evocarlo jaja, muchas gracias niña, besos
EliminarPor suerte que siempre esta el amanecer!!! muy bonito!! un abrazo
ResponderEliminarmuchas gracias, un abrazo para vos
Eliminar