La mirada del niño
me hace grande en la noche
me tiemblan las ilusiones en el sueño
y las tinieblas se hacen voz y rostro en tus labios
y son sorpresas los te quiero
y son amaneceres las ganas en vos y en mí
y la vida en la palma de tu mano
se hace virtud, se hace sueño
y se hace finita en mitad
de la caricia.
La mirada del ángel
me hace vida en tus pechos
me hace aguacero en tu diáfana mirada
y en el aletear de los colibríes está
sacudiéndose nuestro pasado.
Ya no sabemos mirarnos
ya se congelaron las intenciones
y no hay mas planes
y los actores no caminarán un último acto
ni habrá aplausos que rompan a besos el letargo
se apagarán las luces del escenario
y la comedia se hace círculos en el infierno
y jamás será divina.
Ruben me gustó mucho este tríptico.
ResponderEliminarLa primera y la segunda parte tienen una gran delicadeza y ternura... la última parece que el telón cae sobre un final triste.
Muchos saludos
Intenté dibujar la evolución de una pareja, y el final no escapa a como terminÓ esa pareja jaja, gracias Mirella por el comentario, te dejo un beso
EliminarUn poema triste, pero es perfecto...muy tierno y rítmico.
ResponderEliminarMuchas gracias Jimena, siempre con lindas palabras hacia mis poemas, un abrazo
Eliminar