Cuando entro a tu casa
desnudo, silencioso
barbudo y sin raíces
ni en las manos, ni en el barrio
te encuentro con los pechos abiertos
las ganas azules
y la mirada que ríe
cuando entro a tu casa
cuando entro a tu casa
te encuentro delirante de voz
estremecida
amanecida de almas
y con un sexo ardiendo en la mirada
cuando entro a tu casa
enarbolo una palabra
media historia tallada
y la risa temblada
cuando entro a tu casa
me regalás un café y un ideograma de mujer
me regalás un paréntesis de vida
cobijado entre tus labios
y mucha noche atormentada
y amanecida
cuando entro a tu casa de puertas abiertas
de noches lejanas
dejo a los hombres que fui
los niños y las trampas
cuando entro a tu casa me saco el sombrero
cuelgo mi paraguas
y me siento a saborear la vida y tu alma.
cobijado entre tus labios
y mucha noche atormentada
y amanecida
cuando entro a tu casa de puertas abiertas
de noches lejanas
dejo a los hombres que fui
los niños y las trampas
cuando entro a tu casa me saco el sombrero
cuelgo mi paraguas
y me siento a saborear la vida y tu alma.
Qué buen poema, Ruben, muy rico en metáforas e imágenes. Es un gusto entrar a tu casa. Felicitaciones!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Myriam, el gusto es mío, un abrazo.
EliminarQue gusto entrar en esa casa amigo...sensacional poema Ruben. Un besote gigante!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Marina, siempre tan generosa, un besote para vos también.
EliminarQué confotable cobijo ...
ResponderEliminarEs verdad, lo era jaja, esas puertas hoy están cerradas jajaja
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