El sol hundiéndose en el río tiene miles de brillos para decir tu nombre
te llama regalándote la noche
que se cuela de a poco y sin vergüenza en tu desnudez
todos te llaman
te dibujan, te lloran en las iglesias
todos hablan de vos sin decir nada de mí
algunos que ayer te llenaban de labios, hoy ni te nombran
hoy estás hermosa, dan ganas de cantarte, decirte, llenarte de mí
yo sé de tus miedos, de tus alegrías,
de como te raspan los vértices del cuerpo en contra la pared
y como dejaste en estas, la última fracción de alma que te quedaba
sé de tu vida, conozco tu historia,
sé de todos tus hombres, y de tus mujeres
sé como temblaste el día que por tu culpa murió el fulano
te necesito, te llamo sin cesar, a los gritos
sos mi aire, el pedacito de vida más feliz
necesito tenerte
necesito honrar tu presencia
necesito emplazar mi alma en tu espíritu
necesito que seas vos y voz
necesito que vuelvas a mí, amada y querida palabra.
Como decía Pablo Neruda: "La palabra es la ala de la tranquilidad".
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy linda frase, muchas gracias Sandra, un beso
EliminarMuy hermoso poema, me encanto, la palabra es esa razón para vivir del poeta por que sin ella no somos nada, como plasmar el sentir de otra manera que no sea en palabras que regalan el alma y el corazón mientras la mano escribe como un mandato.
ResponderEliminarMuchas gracias Maria, es muy lindo lo que decís de la palabra
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