El sol tiembla en el grito de la niña
se hace plaza central
sorpresa y oscuridad frente a un coche,
el grito pega en el silencio y vuelve a ser grito y soledad
la siesta descansa y sueña custodiada por un milico
que nunca soñó la plaza durmiendo en la comisaría
la niña recorre los príncipes de la tarde y sus amores
entre soledades de dulces y abuelas
es la libertad refugiada en la quietud
es ninguna mirada,
es todo el cielo en sus ojos,
el viento que viene del campo
dice nombres de manos gastadas
de corazones mustios por la azada
el viento quiere ser campana cruzando la plaza
camino al santo patrono del pueblo
que un día trajo una vieja carroza
y que hoy ya viste distinto,
mañana es sábado y ella se casa.
Precioso, me gustó mucho. Tu poema huele a campo, al pueblo de antaño, a santos y a plazas, y a una niña que tras un gran sueño...se casa. Un gusto leerte, como siempre.
ResponderEliminarMuchas gracias Jimena, te dejo un beso.
EliminarEs un poema muy bonito, de verdad aprecio tu imaginación y tu estilo. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Sandra, un saludo
EliminarUna poesía metafórica,un estilo diferente paseando por el tiempo y el lugar; me gustó, pero me dejó un sabor a tristeza. Muy buen escritor...
ResponderEliminarMuchas gracias Gloria, me alegra que te haya gustado, espero tenerte seguido por acá, un beso.
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